La omisión o desconocimiento también constituye una de las causas para infringir en un delito fiscal.
No queremos que tengas que atravesar por una situación de este tipo. Vamos a contarte cuáles son los aspectos más importantes a tener en cuenta para evitar incurrir en alguna clase de fraude fiscal.
¿A qué se conoce como un delito fiscal?
Un delito fiscal es un acto en el que se comete algún tipo de actividad fraudulenta de naturaleza fiscal en contra de la Hacienda Pública autonómica, estatal, local, europea o foral.
Este tipo de acciones suelen perjudicar de forma negativa a los intereses económicos de los entes agraviados. Tratándose de prácticas de naturaleza ilícita como la evasión de la cancelación de los tributos, tasas o contribuciones especiales.
Además, también puede deberse a hechos como el disfrute inadecuado de bienes fiscales o incluso, por causa de devoluciones indebidas.
¿Quién puede cometer un delito fiscal?
Los delitos fiscales pueden ser llevados a cabo por los contribuyentes, sustitutos de los contribuyentes o retenedores.
Estos últimos son aquellas personas físicas (individuos) o jurídicas (sociedades) que se encuentran en la obligación de hacer la respectiva retención del tributo.
Tipos de delitos fiscales
La cuantía de un delito fiscal debe ser mayor de 120.000 euros para que se considere como un agravio de orden legal.
En las circunstancias en las que se llegará a cometer un fraude fiscal en contra de la Hacienda de la Unión Europea, la cantidad comprende desde los 50.000 euros para ser catalogado como delito penal.
No obstante, cuando la sumatoria sea inferior a las mencionadas, aunque el fraude fiscal no tendrá una penalización de orden penal, se castigará a nivel administrativo.
Con relación a las clases de delito fiscal, existen dos clases: los de tipo atenuado y los de tipo agravado.
Delito fiscal de tipo agravado
Es la manera en la que se conocen aquellos delitos que son graves y suelen tratarse de los que tienen implicada una cuota que supera a los 600.000 euros, al igual que cuando se ha cometido el fraude por parte de un grupo criminal u organización.
Por otro lado, también se considera delito fiscal agravado aquel en el que se haya ocultado a la persona natural o jurídica que sea la responsable del fraude.
Delito fiscal de tipo atenuado
Suele darse en aquellas circunstancias en las que el autor del delito asume el pago de la deuda contraída y reconoce a nivel judicial que ha cometido los actos judiciales.
Este proceso de cancelación tiene que hacerse dos meses antes de haber recibido la citación judicial en la que se establece que está siendo investigado.
También puede recibirse este tipo de castigos en los casos en los que los implicados o el propio autor de la acción delictiva colaboren en el proceso de investigación compartiendo pruebas que permitan aclarar los hechos o ayuden a identificar a los responsables.
En estos casos de delito fiscal en particular suelen emplearse personas que usurpan la identidad, se utilizan sociedades pantallas o se acude a los paraísos fiscales.
¿Cómo se castiga un delito fiscal?
La forma en la que se castiga este tipo de delitos varía según la gravedad que tengan ante la ley.
Al tratarse de la pena por delito fiscal atenuado, este se puede sancionar con un periodo de prisión comprendido entre uno a cinco años.
Dadas las circunstancias en las que se cometa un delito de tipo agravado, también se exigirá el pago de multa, pero la pena de prisión comprende de dos a seis años.
Al tratarse de un fraude de subvenciones, este podría llegar a castigarse con un periodo de uno a cinco años de prisión y una multa.
De igual manera, al incurrir en delitos fiscales atenuados o agravados, los responsables de los hechos pasarán un tiempo establecido sin tener derecho a recibir y disfrutar de aquellos beneficios o incentivos fiscales, así como los que pueda otorgarles la Seguridad Social.
En el caso de los fraudes fiscales atenuados, estas penalizaciones pueden oscilar entre los tres a seis años y cuando se trate de un delito agravado, puede ser de cuatro a ocho años.
¿Quién puede quedar exento de delito fiscal?
Aquellos sujetos físicos o jurídicos que se encarguen de regular su situación tributaria antes de que inicie un procedimiento de comprobación la Administración Tributaria para determinar cuál es el importe de la deuda fiscal, pueden quedar exentos.
También podrán evitar este tipo de penalizaciones cuando realicen la respectiva regularización antes de que el Abogado del Estado o Ministerio Fiscal comiencen con una querella o denuncia correspondiente.
Dado el caso de que se esté presentando algún tipo de situación de las antes mencionadas, es vital recurrir a los servicios de un abogado especialista en este tipo de procedimientos legales.